
Tiempo de introspección
Vivir en el campo te pone contacto directo con los ciclos de la naturaleza, y no puedes evitar asociarlos con los ciclos de la vida y encontrarles un significado más profundo.
El otoño representa la madurez, el tiempo de cosecha, la recolección feliz del fruto de nuestro esfuerzo. Los árboles se visten de colores imposibles de narrar, se trajean de oro, rubíes, de anaranjados brillantes y cobrizos, una gama de colores que te dejan sin aliento. No puedes menos que amar el otoño. Le perdonas que tengas que volver a usar abrigo. Las caminatas en el bosque se vuelven más lentas y reflexivas porque no puedes pasar de largo ante tanta belleza, las paradas de contemplación son obligadas. El otoño es el tiempo de la introspección de mirar hacia adentro, de reencontrarte contigo mismo, es como recoger y limpiar la casa luego de una buena fiesta.
Al volver los ojos hacia tu casa recorres los espacios y vas encontrando tareas pendientes, proyectos que empezar o culminar. El otoño te abre el espacio para relajarnos y reflexionar. Limpiar nuestra casa interior, airear nuestras ideas, limpiar los cajones de las emociones, desempolvar las alegrías, regar la planta del agradecimiento, deshacerte de todo aquello que ya cumplió su función, hacer espacios para sueños nuevos. La introspección es el trabajo más placentero del otoño. ¿Tu cómo vives el otoño?