
Soy feliz
Me confieso una mujer feliz, a pesar de que por muchos años tuve miedo a expresarlo libremente, celebrar mi alegría de vivir a los cuatro vientos. Supongo que temía a la represalia de los dioses. Porque, ¿qué es eso de andar así, tan dichosa por la vida?
Muchas veces, en momentos de gran felicidad, sentía esa especie de punzón en el estómago que decía, “cuidado estas muy contenta algo malo va a pasar”. ¿No te pasa?

Una vez más esas creencias limitantes sembradas en la niñez te juegan en contra. Recuerdo que muchas veces cuando de niña reía y jugaba feliz. Escuchaba a mi madre decir, “no te rías tanto que luego vas a llorar”. Era como una sentencia y por supuesto se bajaban los ánimos.

Ya de mujer adulta y con muchísimas razones para ser feliz, me descubrí con miedo a que algo terrible pasara. Me preguntaba qué derecho tengo yo para ser tan afortunada, cuando hay tanto dolor en el mundo. Tanta gente buena que lo está pasando fatal.
Siempre estaba esperando el mazazo que terminaría con mi felicidad. Le confié mis cuitas a una amiga muy sabia y ella me respondió que esto se curaba con gratitud, ya que ese miedo provenía de la creencia del no merecimiento a la felicidad.

Ella no supo que en ese momento, me cambió la vida. Practico el agradecimiento desde hace muchos años, sin embargo, no había trabajado el merecimiento. La creencia del “no merecimiento” está muy arraigada en la cultura latina. Es un tema muy interesante, pero hoy me quiero concentrar en el miedo a la felicidad.
Pensaba que el miedo a la felicidad era algo que me ocurría sólo a mí. Descubro con sorpresa que es común y hasta tiene un nombre: se llama Querofobia.
¿Qué es la Querofobia?
Según la señora Wikipedia, la querofobia es la aversión a la felicidad o miedo a ser feliz. Una de las varias razones por las que se desarrolla es la falsa creencia de que, cuando alguien es feliz, pronto le ocurrirá algo negativo, que empañará esa felicidad. ¡Delia Fiallo se quedó corta! Al ser humano le encanta el drama.
Volviendo a mí caso, me ha tocado trabajar el merecimiento. Empezando por agradecer cada día todas las bendiciones y no dar nada nunca por descontado.

Agradezco todos los días mis bendiciones grandes y pequeñas. Agradezco desde mi cama hasta el agua con la que me baño. Agradezco por mi trabajo y las buenas decisiones que me han procurado una vida bonita.
Estoy trabajando en agradecer las lecciones no tan dulces que me ha regalado la vida. Sí, se trata de agradecer todo.
Si bien el miedo a la felicidad era el más palpable en mí, porque era una angustia recurrente, no ha sido el único miedo en vida. Tengo una lista larga.
Te cuento mi miedo a ser feliz, porque cuando hablo del vivir y pensar de forma positiva muchos creen que tengo mi vida resuelta. Que soy una come flor que ve la vida color rosa. No es así, sé que tengo mucho camino por delante en el mundo del desarrollo personal, pero soy optimista por naturaleza.

También siento la necesidad imperiosa de comunicar todas las herramientas que nos ayudan a superar nuestros miedos y creencias limitadoras. Sentir miedo es normal, lo que no es normal es dejarse paralizar y dejarlo instalado en nuestras vidas.
El miedo está allí, así como nuestra capacidad de superarlo y seguir adelante a pesar de los temores.
¿Conocias la querofobia? ¿Has tenido miedo a ser feliz? Escríbeme.
Holaaa, no sabía que se le denomina Querofobia, pero si he sentido miedo a ser feliz y a demostrarlo, por pena por quién no lo es! Ahora se que es lo contrario , que debemos mostrar nuestra felicidad y acompañarla del mensaje de positivismo , porque todos podemos disfrutarla, solo hay que ver la Belleza escondida!;
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Gracias por comentar Reyna. Así es definitivamente las creencias limitantes no ha traido muchas angustias innecesarias a nuestras vidas. Afortunadamente podemos reconocerlas y cambiarlas. TQM
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