
Crónica de una venezolana que aprendió a amar el invierno
Entiendo que el frío puede parecer poco atractivo frente al calor y la sensualidad del verano. La mayoría de la gente con la que me encuentro por primera vez, sobre todo en el ciberespacio, al enterarse de que vivo en Escandinavia. Siempre me preguntan con tono de pena, ¿Cómo puedes soportar el frío?
No hay mal tiempo, solo mala ropa
«No hay mal tiempo, solo mala ropa», es una expresión muy popular en Suecia. El frío puede ser muy desagradable si no tienes ropa adecuada, o si las casas no están adaptadas a las inclemencias del invierno. No ocurre así en Suecia. Si soy honesta tengo que admitir que tuve más problemas con el frío en mi Amado San Antonio de los Altos, ubicado en los idílicos altos mirandinos, en Venezuela.

Recuerdo que más de una vez al llegar cansada del trabajo y sentarme en mi cama. reaccionar al sentir el frío de la cama. La humedad, la baja temperatura y el aislamiento ineficiente, las convertían en témpanos de hielo para mí.
Tomaba las sábanas y el cubrecama y los colocaba en la secadora para que se calentaran, mientras me daba una ducha tan caliente, como para pelar pollos. Solo así podía relajarme con el calor y dormir.

En Suecia se cuenta con buen aislamiento y buenas fuentes de calor. Las casas están adecuadas para el clima hostil. El invierno puede ser rudo, pero también tiene su parte hermosa y positiva para los ojos habituados a encontrar la belleza en todo lo que miran.
He aprendido a amar el invierno, si tenemos la suerte de tener nieve, ocurre un encanto especial. Todo se ilumina, los campos brillan y se convierten en campos de cristales que titilan graciosos a la luz de la luna.
También pueden ocurrir viajes en el tiempo, este arbolito cubierto de nieve me recordó los arbolitos de navidad de mi infancia. Batíamos el jabón azul hasta hacer una pasta blanca con lo que cubríamos una rama. Luego de secar lo adornábamos como árbol de navidad.

Para mí, que son tan asidua a encontrar similitudes entre la vida y los ciclos de la naturaleza, el invierno con su belleza blanca, su quietud y recogimiento representa la culminación de la vida. Los días se hacen más cortos y fríos, los árboles se quedan sin hojas y se preparan para un merecido descanso.

Sí, el invierno también tiene su encanto, porque es un tiempo de reflexión, todo se vuelve más lento: tenemos tiempo para leer, para calentarnos al calor de la chimenea mientras sorbemos un delicioso chocolate caliente, de disfrutar de nuestro hogar y soñar con nuevos proyectos.

En invierno nos entregamos al disfrute de esas comidas maravillosas que solo nos permitimos una vez al año, horneamos y preparamos guisos suculentos que nos ayudan a paliar el frío.
Disfruto de todas las estaciones, quizás porque sé que son pasajeras, porque me cambian la rutina por un espacio de tiempo. ¿Cuál es tu estación favorita? ¿Cómo es diciembre para ti?
Es así amiga, tenemos que encontrar la mafia , la belleza inesperada en nuestro camino!
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Si Reynita, la belleza está allí esperando por los ojos que quieran mirarla. Un abrazo.
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