Caminar como terapia
Caminar es una de mis grandes pasiones, no tengo claro cuando me percaté, de que estar en movimiento me relaja y me ayuda a aclarar mis ideas. Caminar te hace más inteligente, hay estudios que demuestran los beneficios físicos, emocionales, y en mi caso espirituales, que aporta caminar. Al caminar aumenta nuestra circulación de sangre y se oxigena el cerebro. Recuerdo que caminando en mi amado Cerro Ávíla resolví un problema que me había mantenido desvelada por varias noches en mis días como programadora.
Cuando el paisaje no es especialmente atractivo apelo a la música, y ahí si la felicidad llega a la estratosfera. Quién no se anima a moverse con un merenguito de Juan Luis Guerra o el Param pam pam de Oscar De León.
Recientemente descubrí que caminar tiene el mismo efecto en mí que la meditación, mi mente se tranquiliza y me dedico a la contemplación. No concibo mi vida sin mis caminatas. El bosque es mi catedral, mi sitio de veneración, donde me siento plena, me elevo. Cuando siento que necesito pensar, o volver a mi centro, visito mi templo verde y soy dichosa.
En este sitio comentaré de mis paseos y las rutas que sueño caminar, me encantaría recibir recomendaciones y anécdotas de camino.
El bosque es mi lugar preferido para caminar, cual es tuyo?