Abandona la queja y toma acciones
Te cuento que estos días estoy muy reflexiva, empecé Manifiéstalo, un programa de desarrollo personal con intención de ser una mejor versión de mí misma.
Me resulta un poco sorprendente lo duro que ha sido, teniendo en cuenta el camino de autoconocimiento que ya he recorrido. Pensé que ya había sanado muchas de mis heridas.
Recién comienzo y ya he sentido el mordisco de la falta de responsabilidad y la imperiosa necesidad de perdonar. Ambos tópicos son muy importantes en el camino de desarrollo personal. Hoy me voy a concentrar en la responsabilidad.
He reflexionado mucho sobre la responsabilidad que tenemos en todos los aspectos de la vida. No suelo quejarme, pero no había visto nunca la queja como falta de responsabilidad.
Me sorprendió que la queja es la entrega de poder como individuo y la renuncia a nuestra responsabilidad y por ende a nuestro poder.
Es muy fácil confundir responsabilidad con culpa
Es muy cómodo sucumbir ante la queja vana ante nuestros infortunios cotidianos, sin pensar en la cadena de decisiones y acciones que pudimos haber tomado para prevenirlos. Esto aplica desde perder el autobús hasta tener un trabajo donde nos sentimos miserables.
Cuántas veces no nos hemos quejado de un mal jefe, de un mal salario, de un ambiente laboral poco estimulador. Nos quejamos como si fuéramos un árbol plantado en ese trabajo sin posibilidad de cambio. Más aún obviamos el hecho de que fuimos nosotros quienes buscamos activamente ese trabajo y lo aceptamos.
Son muchos los casos donde nos olvidamos de la responsabilidad que tenemos en la realidad que vivimos. Sin darnos cuenta de que junto a la responsabilidad viene el poder cambiar la realidad que no me satisface, si fui yo quien pudo crear esa realidad que no me gusta, responsable bien por actuación u omisión también tengo el poder de cambiarla.
Te invito a poner atención a tus quejas y que puedes hacer para cambiar esa situación que te disgusta. Te sorprenderá todo el poder que estás entregando y de cómo una simple decisión o acción puede hacer tu vida mucho más placentera.
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Reflexiones de una Doña 